TIMAR:
FIESTAS Y COSTUMBRES POPULARES

    Antes que la televisión irrumpiera en todos los hogares y con sus contenidos inundara nuestro tiempo de ocio, en cada pueblo, con el fin de entretenerse y aliviar los avatares su dura existencia, se realizaban multitud de actividades de muy diversa índole, que contribuían enormemente a estrechar los lazos entre sus pobladores.

    Desgraciadamente, con el paso de los años y la paulatina despoblación de estas tierras, muchas de estas tradiciones han ido cayendo en al olvido, hasta llegar a desaparecer. Entre las muchas que existían en Tímar cabría destacar:

  • La fiesta de los hornazos o "merendica", la gente salía al campo en pandillas para atar (conjurar) al diablo haciendo nudos en los extremos de las retamas y de manojos de espigas en crecimiento. La comida típica para la ocasión era una hogaza de pan con un huevo cocido en el centro cogido con tiras, también de pan. Era costumbre intentar romper el huevo en la frente de alguien que estuviera distraído.
    Una variante muy popular entre los niños era "correr al diablo", para lo cual se ataba al extremo de una tomiza una mata de lechetrezna que era arrastrada con gran algarabía por la calles del pueblo. De hecho había personas que cuidaban expresamente alguna mata de esta planta para la ocasión, de manera que tuviera las mayores proporciones posibles.


  • La fiesta de las parvas, no se trata de una festividad como tal sino la alegría lógica por el final de las labores agrícolas, con el bullicio y el trasiego continuo que ocasionaba la recolección del grano y la trilla del mismo en las eras. En ellas todo el pueblo cooperaba, incluidos los animales (usados de carga y para tirar de las trillas), con la alegría propia que daba el llegar a recoger el fruto de tantos esfuerzos.


  • Ya en los meses de invierno, también era muy común reunirse en los distintos hogares para "desfarfollar" el maíz, aprovechando la ocasión para: cantar, contar historias de todo tipo y bailar.

    De aquella época existe un dicho, que ha sido recogido en el libro Senderos de Gran Recorrido GR 7 (pág. 91), que dice:

    "Cuando la pava llegó a Tímar entró por el Retamar,
    salieron a recibirla el cura y el sacristán
    "
    Hay dos versiones que tratan de explicar la razón de ser de este dicho:
    Un vecino de Juviles tenía una pava (la hembra del pavo) blanca, para que criara la trajo a Tímar con el fin de emparejarla, la limpió y arreglo para que causara buena impresión. Pero cuando se acercaba al pueblo la pava se le escapó volando yendo a posarse sobre una piedra bajo la que trabajaba un vecino del pueblo; este al ver al inesperado y reluciente "ser" salió corriendo hacia el pueblo gritando que se había aparecido la Virgen por lo que prestos organizaron una procesión en su busca, encabezada por el cura y el sacristán.


    Otra versión, con tintes algo más verosímiles que la anterior es:
    El cura de Tímar tenía reservada para Navidad una pava de color blanco y unos días antes de ser sacrificada escapó. Para evitar que alguno de los feligreses la captura, en el sermón del domingo dijo que había tenido una visión: "La Virgen María se le iba a aparecer a alguien del pueblo en forma de majestuosa ave de color blanco" es por ello que si alguien la veía deberían notificárselo inmediatamente, sin hacerle ningún daño, bajo pena de excomunión.
    Obviamente cuando apareció el ave raudos fueron a buscarla el cura y el sacristán.

        En apoyo de está tesis, cabe destacar el texto recogido por José Guglieri Arenas, en su libro: "En los Alpes Alpujarreños" (pág. 174-175), en el que dice:
    "  Aquí en este Pueblo, sucedió un prodigio que nadie lo quiere creer: Hace muchos años, ¡quién sabe cuantos! Ni este siglo ni el pasado ni en muchos más, porque estas cosas se trasmiten de padres a hijos y no es posible averiguar el comienzo, había un sacristán que no debía ser nada de torpe y tenía una pava, la que, buscando galán para su hermosura, se fue nada menos que a la piedra amarilla, que es el tajo más alto de Tímar, por donde dicen también despeñaban a los condenados a muerte, y, temiendo quedarse sin ella y conseguir del que la encontrara la devolviera, ideó una argucia muy en armonía con el acendrado sentido religioso del vecindario. Cundió que se había presentado la Virgen Santísima en forma de pava, y hombres, niños y mujeres fueron a ver el milagro, entonando todos en la misma forma, el pal-pal que hace una pava a fin de que volara al pueblo y poderla coger.
      Nadie de esta manera podía matarla para comérsela ni quedarse con ella y desde entonces ha quedado como cosa sagrada la pava de Timar y un estribillo popular que dice:
    «Cuando la pava de Timar entró por el Retamal, salieron a recibirla el cura y el sacristán».
      -¿Pero que pasó con la pava? - preguntamos todos casi a coro.
      -Pues nada, ¿Qué iba a pasar? - siguió diciendo el arriero-: Una vez que el sacristán la recogió, dijo de ponerla en un fanal y al introducirla en él, desapareció como por encanto, pues según decía, los seres sobrenaturales lo mismo aparecen que desaparecen de momento, si así les place, por ser esto, otro misterio.
      - Entonces dije yo: Antiguamente eran muy frecuentes las apariciones y los encantamientos. Puede que el sacristán no tuviera gracia, para conservarla en aquel estado por más tiempo. Nadie sin duda pensó que aquella pava fuera la de carne y hueso, la del sacristán y si hoy otras pavas volaran como la de Tímar, en otros pueblos no sabemos lo que pasaría."
    Sin embargo, con ocasión de las I Jornadas Etnológicas de Lobras Y Tímar, D. Faustino Rodríguez dio una versión "algo" diferente del citado dicho:
    "Cuando la pava llegó a Tímar entró por el Retamar,
    salieron a recibirla el alcalde, el cura y el sacristán
    "
    estando la clave que explicaría este "pequeño matiz" diferenciador recogida en su libro, cuando en la pág. 174-179 habla de "9. Francisco Jiménez, un poblador muy especial" padre de Andrés Ronquillo -encargado del repartimiento de Lobras y Tímar-, o de la "pequeña oligarquía" -pág. 156- que el irregular reparto de los bienes de los moriscos originó; y cuya lógica explicación sería una clara alusión al revuelo que se organizaría en la población con la llegada de "estas personas" a Tímar.


Fiestas: Disfrazados de novios

  • Como en todos los pueblos de la Alpujarra, al aproximarse el mes de la Navidad se procedía a la "matanza": sacrificando los cerdos que con esmero habían ido cebando a lo largo del año.

    En esas fechas el pueblo entero se impregnaba de olor a cebolla cocida y se llenaba de los chillidos de los animales que iban a morir. Todos los vecinos participaban, cooperando en las distintas labores, y la alegría era compartida por sus habitantes.

    Entre los chavales había la costumbre de "echar la tomicica" o "echar el garabato": consistía en bajar una tomiza por la chimenea de la casa que estaba de matanza (acompañado de algunas escritas estrofas más o menos jocosas) para que los que estaban dentro, realizando estas labores, les dieran algún tipo de regalo: morcilla, longaniza, etc., atados a la misma.


  • Sin lugar a dudas las más concurridas y animadas eran las Fiestas celebradas en honor del patrón del pueblo: 'El Señor de Ascensión'. Siendo el (jueves) día de la Ascensión cuando se celebra su fiesta mayor.

    Con motivo de las mismas se llegaban a escenificar-celebrar las Fiestas de Moros y Cristianos (muy extendidas por multitud de poblaciones de toda la península Ibérica), en las cuales los ejércitos moros comenzaban venciendo a los cristianos, pero finalmente eran derrotados por estos. Seguidamente recogemos el texto de la función que se escenificaba en Tímar recuperado por por Juan Manuel Jerez Hernández.

    Entre otras muchas anécdotas sobre "El Señor de la Ascensión" cabe destacar:

    La imagen que actualmente es venerada por la población es relativamente reciente, se trata de una réplica que fue adquirida a principios del siglo XX con los ingresos obtenidos de la celebración de unas comedias organizadas por Dª Flora, una antigua y muy querida maestra que hubo en Tímar (y cuyo nieto nos ha proporcionado esta información).

    Por aquella época, el cura titular del pueblo era muy poco dado a fiestas y bailes, negándose a que éste se celebrase en la puerta de la iglesia amenazando con no permitir sacar al 'Señor' en procesión; los vecinos, haciendo caso omiso a sus amenazas, celebraron el baile y cuando el cura se negó a procesionar la imagen, los vecinos sin dudarlo sacaron la vieja figura, que se guardaba en una de las casa de la parte alta del pueblo.

    Al año siguiente se volvió a repetir la historia, pero en esta ocasión el cura amenazó con irse del pueblo llevándose al 'Señor' con él. Los vecinos volvieron a celebrar el baile, confiados en que el cura, solo, no podría llevarselo. En medio del baile se abrieron las puertas de la iglesia, reuniéndose expectantes todos los vecinos alrededor para así impedir los actos del cura, cuando este apareció iba, con total recogimiento, ocultando bajo su sotana la "custodia", a lo que los vecinos exclamaron tranquilizados: ¡Bah!... ¡Pero si ese no es el 'Señor'!...
    ("¡sin comentarios!").

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Procesión del Señor de la Ascensión
(Imagen de la salida de la Procesión, del 31 de Mayo de 2003) ,

    Realmente, en la actualidad, las fiestas en su mayor apogeo y esplendor se celebran el domingo más cercano a la Asunción de la Virgen (el 15 de Agosto), patrona del pueblo, al retornar a él todos los vecinos, familiares y muchísimos amigos. En esos días la algarabía es generalizada, rivalizando los "mayordomos" encargados de organizar los festejos para conseguir superar lo efectuado en años anteriores.

    La tradición popular obliga a sacar en procesión, las imágenes de los patronos, en tres ocasiones al año: los días de la ascensión y de la asunción, ya mencionados, y el 25 de diciembre (día de Navidad), conmemorando un terremoto que en ese día sacudió el pueblo derribando los tejados, que eran de tejas, del ayuntamiento y de las casas de la calle Real.

(Las siguientes fotos las ha facilitado Juan Ruz Oretga)

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Procesion Señor de la Ascensión
  Procesion: Señor de la Ascensión

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Procesion Señor de la Ascensión
  Procesion: Virgen de Fátima (de 1965 -aprox.-)
(Isabel del Lobrazan, Marina Ortega y su hija Lola Ruz -en brazos-, Socorrito, detrás Amalia, Encarna con su hija de la mano, atrás a la izquierda a José el de Carmela, llevando la imagen Agustín Barbero y Joseico "pichorrica" y detrás Antonio el de Manuela. La señora que se ve en el centro del paso: Aurelia, de Trevelez) (Pilar Camas -de pequeña-, detrás Josefina, Pepita, Angustias y llevando la imagen: Serafín y Ángel, en primer plano: Manuel Ruz)

    El fervor hacia su "Señor de las Ascensión" es tal que cuenta la leyenda, que (en uno de los muchos trasiegos que ha tenido, -ver historia-) cuando el ayuntamiento fue trasladado a Lobras, pretendieron también llevarse la imagen pero esta pesaba muchísimo al marchar cuesta abajo y en cambio no pesaba nada si la subían de vuelta a Tímar, por lo que finalmente no les quedó más remedio que dejarla en el pueblo.

    Este fervor popular de los pueblos de la Alpujarra hacia sus patronos alcanza su máxima expresión en innumerable canciones populares de índole religioso. Aunque claro está, sin olvidar en ningún caso la alegría y ganas de diversión que caracteriza a sus habitantes.

    Es muy frecuente que tanto jóvenes como mayores se desplacen a los pueblos de alrededor que se encuentre en fiestas. Por lo que durante los meses estivales, la alegría por toda la comarca se hace generalizada y casi ininterrumpida, aparcando rencillas y compartiéndola con todos los visitantes que durante esos días se acercan.

Fiestas: Agustín y Antonio disfrazados de moros vendiendo por las calles

Fiestas: carreras de bicicletas en la plaza

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