A la salida del pueblo con dirección a Nieles (ver plano) se pasa junto a una minúscula ermita (cuya antigüedad se desconoce) dedicada a la ánimas benditas, las cuales se encuentran representadas por dos diminutas imagines a las que les acompaña una pequeña talla de la Virgen.
En su interior nunca debe faltar la luz, por ello de siempre (nos consta que por lo menos desde hace más de tres generaciones) la familia de Ida Ortega se ha encargado de encender una luz (vela, lámpara de aceite, etc.) todas las noches. En la actualidad se mantiene permanentemente encendido un velón de cera.
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